Si bien la nutrición no es una varita mágica para el TDAH, su papel es innegablemente significativo. Una dieta equilibrada y rica en nutrientes esenciales puede ser una herramienta poderosa y complementaria en el manejo de los síntomas, contribuyendo a un mayor bienestar emocional y cognitivo.

Es fundamental que cualquier cambio en la dieta o la consideración de suplementos se realice en consulta con un profesional de la salud, como un médico o un nutricionista, para asegurar un enfoque personalizado y seguro.

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